jueves, 5 de agosto de 2010

Preocupa el déficit de atención de alumnos

Preocupa el déficit de atención de alumnos

Unos 3.000 maestros serán entrenados para detectar ese y otros problemas de aprendizaje, para trabajarlos en el aula.

Carina Pérez
cperez@diariouno.net.ar


Por primera vez en Mendoza, alrededor de 3.000 docentes de escuelas primarias serán capacitados en la detección precoz en las aulas de niños con trastornos específicos de aprendizaje, como el déficit de atención e hiperactividad (TDAH), y las deficiencias para adquirir el lenguaje o desarrollar cálculos matemáticos.

La medida es inédita, porque en lugar de tratar a este tipo de alumnos desde la mirada de un educador especial, se les dará a los maestros comunes herramientas para que puedan trabajar con el niño dentro del curso, con la intención de integrarlos mejor a la formación elemental, ya que bien guiados no deberían fracasar en el desempeño académico.

Como puntapié inicial, ayer comenzó el primer curso sobre el tema dictado por tres especialistas: el licenciado en psicología Rubén Scandar (autor del libro El niño que no podía dejar de portarse mal),Roberto Paterno, doctor en neuropsicología infantil, quien abordará la problemática desde el punto de vista médico, y la psicopedagoga Sandra Torresi, especialista en neuropsicología infantil.

Después, los encuentros seguirían en setiembre y octubre.

Si bien no hay mediciones estadísticas en Mendoza, se calcula que cada maestro puede llegar a tener 3 o 4 chicos por curso con este tipo de dificultades para aprender, que suelen ir acompañadas de trastornos de déficit de atención pero no constituyen la misma patología.

Así lo explicó Rubén Scandar, para quien la distinción entre trastornos especificos de aprendizaje y TDAH es fundamental a la hora de evaluar las condiciones de un niño. “Un trastorno específico de aprendizaje es intrínseco al individuo, es sobre un área específica, lengua o matemática y tiene una base orgánica. En general, si aparece un déficit para adquirir las habilidades de la lectoescritura, seguro que aparecerán también problemas para desarrollar los calculos matemáticos y TDAH”.

Scandar aclaró que sólo en el 25% de los casos un chico con un trastorno específico de aprendizaje tiene déficit de atención e hiperactividad, pero no siempre se da de igual modo. Puede haber chicos con déficit de atención sin hiperactividad, “que estén quietitos pero igual no están atentos”.


El subdiagnóstico
Uno de los obstáculos para detectar y ayudar a partir de ese momento a un niño con déficit específico de aprendizaje es que muchas otras enfermedades neurológicas dan síntomas muy parecidos.

Entonces, a veces un leve retraso mental es confundido con dificultades para adquirir el lenguaje. O un chico que padece apneas de sueño, en el aula resulta ser un alumno hiperactivo.

“El primer error es creer que un niño de primer grado no aprende a leer a la par de sus compañeros porque es inmaduro, porque ya lo hará en algún momento, que no está motivado o no le gusta. Esto puede ser así, pero no es determinante. Esto lleva a que el chico pierda un año, porque recién cuando entran al segundo grado van a la consulta”, explica el especialista.

Y agregó: “Lo mejor es observar al chico desde el jardín de infantes. Así se verá si es notable que no puede distinguir la sonoridad de las palabras. Si es así, seguro que en primer grado tendrá dificultades para aprender a leer.”
Scandar explicó que “hay un período llamado ‘de ventana’, entre los 6 y 8 años, en que el déficit puede ser controlado, luego de los 8 es muy difícil y después de los 11, casi irreversible”.

“Por eso, la detección precoz, el tratamiento y la intervención pedagógica de los maestros es fundamental para que el chico con ese déficit no se convierta en un discapacitado. Siempre tendrá que convivir con las dificultades para aprender, pero bien guiado no tendrá problemas para transitar su escolaridad”, concluyó Scandar.

Una vez terminados los cursos, la DGE se ha comprometido a dar apoyo a los docentes que pueden encontrarse con casos severos de trastornos específicos de aprendizaje, ya que en el actual contexto de exigencias, como aulas superpobladas, problemas sociales o de conductas agresivas, dedicarse a los problemas de algunos chicos para desarrollar habilidades de lenguaje y matemática, puede verse postergado.

Desde la Dirección de Educación Elemental, a cargo de María Santamaría, “la idea es que los docentes puedan trabajar con estos chicos e integrarlos a la educación común como ocurre en todas partes del mundo; sabemos que en algunas escuelas los maestros son muy abiertos y que en otras tendremos que trabajar más”.

“De hecho, cuando tenemos un caso específico, muy serio , vamos y damos el apoyo desde nuestra especialidad”, explicó la funcionaria.

FUENTE: http://www.diariouno.com.ar/edimpresa/2010/08/03/nota249613.html

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